miércoles, enero 31, 2007

CURIOSA FORMA DE INCENTIVAR A LA GENTE
Quizá para los profanos en el entrono hospitalario, les llame la atención lo que voy a contar, pero puedo prometer que ha sucedido así, palabrita.
Esta semana pasada ha sido de mucho trabajo. Aunque en este caso no ha sido sólo relacionado con la Nutrición, campo en el que habitualmente me muevo, sino con un fantástico berenjenal que mi querida y nunca bien ponderada dirección de enfermería ha tenido a bien dedicarme a modo de (curioso) "premio".
Gracias a Dios, rectificar es de sabios, y aunque yo no soy demasiado lista (pero al final a base de capones aprendo) fuí capaz de rectificar de manera más o menos sabia, pero eso si: tardé una semana.
Parece ser que para "incentivarme" quisieron comenzar a "prepararme" para una supervisión (¡ooooooohhh!!!), y no se les ocurrió nada mejor que ofertarme la gestión de las camas de invierno que, por presión asistencial y a toda pastilla, y solo por el tiempo que fuera preciso y no de forma definitiva, se acababan de abrir en una planta que (casualmente) se acababa de cerrar para tirarla entera y hacer obras en ella...pero que por dicha presión solamente habían pintado y repuesto las bombillas fundidas.
Bueno, eso, y retirado algunos de los restos del paso de Atila por élla, aunque sobre esto no han quedado documentos gráficos, solo algún testimonio de algún trabajador despistado que apareció por allí por azar (por azar y porque los ascensores andan comoquieren y te tienes que bajar donde ellos deciden) y que no se tuvo demasiado en cuenta dado el grado de afectación emocional al que se les apreciaba sometido tras semejante visión.
En semejante entorno me soltaron (ains) con una plantilla a mi cargo de 10 enfermeras y 12 auxiliares a cual mas novato, y no es una forma de hablar, y conmigo de supervisora casi aún mas novata que todos ellos, pues yo hace mas de 4 años que dejé las plantas, aunque lleve a mis espaldas más de 15 años de enfermera.
Pero eso no fue lo malo...lo malo es que están taaaaaaaaaaan contentos con mi trabajo de enfermera de nutrición que querían que lo compaginara con el hecho de llevar la planta en cuestión.
Tras una semana de jornadas laborales de 10-12 horas, perder 3 kilitos, e ignorar por completo mis tareas de enfermera de nutrición por no poseer el don de la ubicuidad (y mira que lo intenté, pero no hubo tutía), mi dire se despertó y vio cual era la cruda realidad.
Así que aquí estoy, volviendo a mis quehaceres propios de enfermerita de nutri, encantada de la vida, con los plácemes de la dirección de mi hospital por haber sacado adelante una tarea asignada a la buena de Dios de una manera mucho mas airosa de lo que creían una vez analizada la realidad, un tipazo escultural, y unas ojeras hasta el ombligo.
En realidad, aunque parezca un culebrón lo que estoy contando, es mucho mas gratificante si lo veo desde otros puntos de vista, pues aprendí mucho, y descubrí cosas que no conocía del trabajo, de la gente, de la gestión, de mi servicio, ...
Ha sido una semana muy dura, pero no me arrepiento de nada.

Ahora, para la próxima vez que mi Dirección me quiera premiar, les agradeceré algo tan simple como una subidita de sueldo sin más o algún que otro día libre extra, oye.